lunes, 18 de mayo de 2009

NIGHTWISH: Volviendo a ser una Banda



NIGHTWISH: Volviendo a ser una Banda

2007-10-24


De un fenómeno del metal sinfónico a tema sabroso del espectáculo se convirtió Nightwish tras el tumulto mediático provocado por el despido de Tarja Turunen en 2005. Un seguimiento que durante la búsqueda de una reemplazante alimentó rumores y especulaciones de todo tipo con respecto a cuál sería la próxima voz femenina del grupo. Ahora con “Dark Passion Play”, la producción más costosa en la historia de Finlandia, y una nueva cantante, la sueca de 35 años Anette Olzon, Nightwish quiere que la música nuevamente hable por ellos.

El quiebre entre Nightwish y Tarja Turunen fue cubierto por la prensa en Finlandia de la misma manera que la muerte de Ayrton Senna el ‘94, cuenta un reportero de Brasil. La noticia se supo el 23 de octubre de 2005, dos días después del último show de la banda con Tarja, cuya grabación se lanzó en DVD bajo el nombre “End of An Era”, y de inmediato los medios finlandeses encuadraron los eventos en un marco de tragedia nacional.

Al día siguiente que se conoció la carta firmada por Tuomas Holopainen, Jukka Nevalainen, Emppu Vuorinen y Marco Hietala, por la cual despidieron a Tarja Turunen, el medio impreso más importante de Finlandia publicó en su portada una foto del conjunto con una franja negra de extremo a extremo, decretando así una especie de luto nacional por la desgracia. Y banderas abajo. El principal noticiario televisivo de Helsinki le dedicó de cuatro a cinco minutos diarios a esta bullada separación en todas sus ediciones, sin contar los rumores y trascendidos comentados en los programas de espectáculos del país escandinavo.

Conferencias convocadas por los afectados, respuestas públicas y fuego cruzado continuaron alimentando la polémica que, sin remedio, traspasó la esfera de lo meramente musical. Como en su tiempo sucedió con el conflicto generado por el episodio maníaco de Timo Tolkki, el guitarrista de Stratovarius, cuando despidió en 2003 al cantante Timo Kotipelto y el batero germano Jörg Michael.

No importó que “Once”, el último disco del conjunto con Tarja, fuera todo un éxito con cerca de un millón 200 mil copias vendidas en el globo; tampoco que en un año y medio realizaran 150 presentaciones, ni menos que Nightwish estuviera comercialmente en el mejor momento de su carrera. Porque fue este escándalo y no otro el hecho que transformó en celebridades a los cuatro miembros restantes del conjunto, a Tarja Turunen y su marido, el argentino Marcelo Cabuli, el manager acusado en la carta de haber transformado a su mujer “de una chica adorable a una diva caprichosa”.

“Nunca creí que se armaría una cosa tan grande, ni que fuéramos una banda tan ‘interesante’ para las personas”, comenta Tuomas hoy día con respecto al terremoto de la separación entre Tarja Turunen y Nightwish. “Nos tomó por sorpresa todo este bullicio de la prensa, especialmente en Finlandia, donde el asunto se tornó en una tragedia nacional. Todos tenían sus propias opiniones y se convirtió en una telenovela que ya no tenía nada que ver con una banda de rock. Quizás fui un tanto ingenuo al pensar que no se transformaría en un escándalo tan grande, pero terminé asqueado con todo lo ocurrido”, completa.

A pesar del pregonado disgusto del tecladista, compositor y letrista de Nightwish por la exposición mediática, de todas maneras dio pie para que el reconocido periodista finlandés, Mape Ollila, escribiera el libro “Once Upon A Nightwish - The Official Biography”, y lo editara sólo un tiempo después del despido de Tarja. La biografía reveló detalles de la crisis vivida por el conjunto durante la gira de “Once”, la distante relación entre Turunen y el resto, sus supuestos “caprichos” como la cancelación de tours, y el parecer de algunos miembros como el bajista Marco Hietala, quien, según el autor, estuvo a punto de dejar la banda debido a las decisiones tomadas entre Tarja y su marido Marcelo Cabuli.

De igual manera, Tuomas Holopainen se dio el lujo de jugar con las expectativas generadas sobre quién sería la sustituta de su ex compañera, y puso como fecha el 30 de mayo de 2007 para dar a conocer públicamente a la nueva cantante de Nightwish -junto con el single ‘Eva-, a pesar de haber sido seleccionada en enero. El largo suspenso dio lugar a rumores, especulaciones, apuestas y vaticinios por parte de la prensa, que publicó en el entretanto antecedentes “confirmados” acerca de “seguras” reemplazantes, como la frontwoman de Epica, Simone Simons, Liv Kristine de Leaves’ Eyes o Vibeke Stene, quien recientemente había dejado Tristania. No obstante, el plan de Tuomas funcionó, porque sólo en el día previsto y no antes se supo que finalmente Anette Olzon, una sueca de 35 años, cantante de una banda a medio tiempo llamada Alyson Avenue, sería la nueva voz femenina de Nightwish, una de las primeras de las dos mil postulantes que enviaron su demo luego de saberse la separación.

Entre ensayos, audiciones, viajes y grabaciones, ¿cómo lograron mantenerla escondida de la luz pública durante tanto tiempo? “Siempre evitamos ser vistos juntos en los aeropuertos y nos sentábamos totalmente separados y distantes dentro de los aviones”, explica Holopainen. “Cuando ella debía venir a Finlandia, reservábamos hoteles diferentes, con nombres distintos y cosas por el estilo. Tratamos de tener bastante cuidado por medio de ese tipo de detalles y creo que conseguimos lo que queríamos”.

Todos estos cuidados, suspensos armados y expectativas creadas... sólo para sacar “Dark Passion Play”, un disco que de acuerdo al mismísimo Holopainen, se trata de una continuación estilística de las grandes orquestaciones y dramatizaciones de su antecesor, “Once”...

LAS PRIMERAS CORREN CON TALENTO

El ruidoso episodio del distanciamiento entre Tarja y Nightwish sin embargo, también tuvo su efecto positivo para la banda de Kitee, Finlandia: el interés inmediato de millares de cantantes femeninas para ocupar la vacante. Al correo de Tuomas, empezaron a llegar demos apenas dos días después de la noticia, y las audiciones comenzaron luego de una semana, esto, sin siquiera haber solicitado las cintas.

Una de estas tempranas cartas que arribó fue la de la sueca Anette Olzon, cuyo apellido de casada es Blyckert, “una de las primeras veinte maquetas que recibimos, a comienzos de noviembre de 2005”, comenta Tuomas, “Ella simplemente salió de la nada y mandó un demo con apenas una sola canción, ‘Ever Dream’. Entonces abrí el sobre, leí lo que había escrito, coloqué el disco en el reproductor y quedé pasmado con el material. En ese tiempo no sabía qué esperar, ni tampoco teníamos idea sobre el tipo de vocalista que queríamos encontrar”.

Su voz dejó impresionados a los cuatro integrantes de la banda, cuenta el músico. “Sonaba tan natural, tan bien y tan sencilla que todo el mundo se conmovió. Tenía una manera muy especial para darle vida a lo que decían las letras”. De todas formas, como la “solicitud” de Olzon llegó sólo tres semanas luego el incidente de Tarja, el grupo decidió irse con calma y esperar al menos un año para encontrar a la sustituta apropiada, “porque lo único que no queríamos era presionarnos más de la cuenta”, explica Tuomas.

Así, en este tiempo llegaron cerca de dos mil demos de 56 distintos países, desde Brasil hasta Finlandia misma. Con la cinta de Anette como referente, “tuvimos la impresión de que en adelante nos encontraríamos con vocalistas sensacionales provenientes de todo el mundo, por lo que pensamos que saldría todo bien”, señala Holopainen. “Pero nos tropezamos con un montón de voces malas y cantantes horribles. Realmente recibimos muchas propuestas, y hartas de ellas bastante pobres. Creo que la culpa la tiene Idols (versión finlandesa de Rojo o American Idol), pues te hacen creer que cualquiera puede cantar, llegar a ser una estrella y terminar siendo famoso. Muchas se presentaron sólo para ver si se ganaban la lotería, porque hubo demos honestamente horrorosos”.

El proceso de composición del futuro álbum siempre se deslizó de forma paralela a la búsqueda de una nueva cantante femenina para Nightwish. Cuando en marzo de 2006, la banda anunció en su sitio oficial que aceptaría demos de postulantes para el espacio dejado por Tarja, Holopainen ya tenía escrito completamente el próximo disco, que empezó a armar sólo un tiempo después que despidiera a Turunen. Si bien el compositor indicó en el pasado que siempre se imaginaba la voz de Tarja cuando creaba las canciones, en esta ocasión, y con la finlandesa fuera del conjunto y aún sin una reemplazante definida, Tuomas asegura que el proceso fue exactamente el mismo que el de trabajos anteriores.

“Sólo imaginaba una voz femenina cuando escribía las melodías vocales, aunque no tuviera ni la menor idea de cómo sonaría exactamente”, comenta Holopainen. “Y me mantuve ahí, pensando en las líneas vocales y oyendo aquella voz en mi cabeza, usándola como una especie de guía. En realidad, fue extremadamente fácil para mí hacer estas canciones, compuse 15 en sólo cuatro meses y hasta ahora ha sido el proceso de creación más rápido y sencillo que me ha tocado vivir”.

El álbum, el sexto de Nightwish en una década, fue escrito en un período de “emociones muy fuertes” para Tuomas que, ciertamente, se reflejaron en las canciones que compuso. Así es cómo se lo explica él. “La música es una manifestación de diferentes sentimientos. Nunca lograrás escribir si estás vacío o no está ocurriendo nada alrededor tuyo”, asegura. “En aquella época, estaba experimentando los peores sentimientos que uno puede tener en la vida y sentí un alivio tremendo cuando terminaron las dificultades, por lo que también viví emociones positivas. Todo eso me influyó de una forma muy natural al momento de escribir los temas. Definitivamente me afectó bastante el quiebre”.

SOBRE ANETTE: “¡DE ROCK STAR NO TIENE NADA!”

De los cerca de dos mil demos que recibió Nightwish entre octubre de 2005 y abril de 2006, sólo cincuenta impresionaron realmente al conjunto, según Holopainen. Y a todas las postulantes que llamaron la atención, incluyendo a Anette, les enviaron de vuelta una copia instrumental de “Once” para que pudieran grabar sus voces encima. “Les mandé el segundo demo lo más pronto después del primero en noviembre”, se acuerda Olzon “y cuando avisaron en marzo -de 2006- que empezarían a aceptar maquetas de otras personas, le volví a escribir a Tuomas para preguntarle si también necesitaba alguna última cosa de mí”.

En ese momento, Holopainen le respondió que ella era una de las mejores candidatas, pero que lamentaba decirle que de todas maneras nunca sería escogida. “Quedé en shock sin entender nada y asumí que era por culpa de mi edad o porque era madre, pero como soy porfiada, le envié en agosto un DVD en vivo de mi banda Alyson Avenue”. Así fue como el manager de Nightwish, Ewo Rytkönen, le escribió y la invitó, junto con otras nueve aspirantes, para conocer al grupo y cantar con ellos.

“Tocamos seis temas antiguos tal y como habíamos acordado con anterioridad, ‘Higher Than Hope’, ‘Nemo’, ‘Wish I Had An Angel’, ‘Everdream’, ‘Sleeping Sun’ y ‘The Siren’”, recuerda Tuomas. “Todos quedamos muy convencidos de sus cualidades cuando Anette comenzó a cantar y al día siguiente, en el estudio de Emppu donde teníamos grabadas las pistas bases del próximo disco, ensayamos tres composiciones nuevas con ella, ‘Sahara’, ‘Bye Bye Beautiful’ y ‘Eva’. Realmente quedamos muy satisfechos”.

“No sé si mi sueño siempre fue cantar en un conjunto metalero, pero de todas maneras lo era trabajar a tiempo completo en una banda y encontrar el lugar apropiado para mí y mi voz”, señala Anette, quien reconoce que supo de la existencia de Nightwish sólo dos meses antes que Turunen partiera, gracias a su sobrina que es fan del conjunto. “De inmediato supe que quería estar con ellos porque tenían los pies bien puestos en la tierra. Cuando aterricé en el aeropuerto durante la noche, recibí un mensaje de texto de Ewo diciendo que les había encantado mi voz y que querían verme nuevamente. Me emocioné tanto que me fui llorando hasta mi casa”.

En octubre de 2006 se volvió a juntar con Nightwish en la residencia de Holopainen, donde se sacó una serie de fotos con la agrupación y le comentaron que a principios de 2007 le comunicarían la decisión de quién sería la reemplazante de Tarja. De esa forma, Anette tuvo que esperar hasta el 30 de enero para que Tuomas la llamara diciéndole que ya era la nueva voz femenina del súper conjunto finlandés.

Aunque se trató de una decisión “muy difícil”, la banda consideró de forma unánime que Anette debía ser la escogida. “Creo con firmeza que escogimos a la mejor de todas”, indica Tuomas tomando como referencia no sólo su voz y talento. “Sólo sabíamos lo básico de ella, que era una sueca de 35 años, pero no teníamos ni la menor idea de cómo sería como persona, pero en el mismo instante que nos juntamos por primera vez supimos que nos llevaríamos muy bien. Anette es muy auténtica. Es lo que más respeto de ella. Es una chica común y corriente, sin delirios de ambición ni doble discurso. ¡De rock star no tiene nada! Simplemente es una mujer agradable, simpática y que canta muy bien. Eso es todo lo que necesitamos ahora”.

La nacionalidad de la cantante nunca fue un asunto a considerar por Nightwish, aunque Tuomas reconoce que el hecho de que Anette venga de Suecia “disminuye los riesgos, puesto que no vive lejos y compartimos la misma mentalidad escandinava. Nos provocaba indiferencia el que fuera o no conocida incluso, tanto, ¡que al final escogimos a una sueca a pesar de todo este mito del odio mutuo entre Suecia y Finlandia! Es bueno que el 99 por ciento de la gente no crea que eso sea cierto”.

“DARK PASSION PLAY”: UNA VEZ (MÁS)

Nightwish estuvo diez meses encerrado en el estudio dando forma a “Dark Passion Play”, considerado el álbum más caro en la historia de la industria musical de Finlandia, cuya producción completa costó 670 mil dólares, el doble del presupuesto utilizado para “Once”.

Buena parte del dinero se fue para los legendarios Abbey Road Studios de Londres, Inglaterra, donde la London Session Orchestra dirigida por Pi Williams grabó las secciones orquestales y corales del álbum, repitiendo lo hecho en “Once”, aunque en esta ocasión incluyendo un coro gospel, instrumentos celtas y niños sopranos. “No nos reservamos en ningún sentido con respecto al gasto, para que así no quedara nada por mejorar”, comenta Tuomas Holopainen, quien agrega que el cambio de vocalista no trajo consigo una nueva dirección en la música, a pesar de que Anette no fuera una cantante lírica como Tarja. “Éste es un álbum típico de Nightwish, que continúa la saga que “Once” dio comienzo en 2004 con grandes orquestas, diversidad de sentimientos y emociones, estilo banda sonora y sopranos”, recalca el tecladista. “Musicalmente, sigue los pasos de “Once”, con la gran diferencia, por supuesto, de las nuevas voces femeninas”.

“Dark Passion Play” sale a la venta el 28 de septiembre, y el principal desafío que prevé Anette en el futuro es “encajar con la banda misma en un escenario” y ser aceptada por los fans de Nightwish. “Nunca pensé en ser otra persona más que yo”, dice con convicción. “Estoy bastante segura de que cantaré las canciones (de Tarja) a mi manera, y pienso que eso es lo que debemos hacer en vivo. No tiene sentido alguno copiar y creo que las personas se acostumbrarán a escuchar los temas antiguos con mi voz después de un tiempo. Será un shock al principio, pero espero que se adecuen”.

“Son tiempos emocionantes y hasta ahora no hemos recibido presiones negativas de ningún lado”, finaliza Tuomas. “Tenemos una esperanza enorme y una gran confianza de que esto funcionará”.